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...aquéllos que les gusta perder horas charlando, discutiendo, peleando por lo que creen. Si no es de su gusto, sepan disculpar, disimulen, y denme otra oportunidad.

miércoles, 6 de enero de 2010

Saludos, Sandro


Nos vamos quedando solos. La muerte de un ser querido mata una parte de nuestro propio ser.

La muerte de mis viejos mató al niño que quedaba dentro mío. La muerte de un amigo, mató parte de mi juventud, de la militancia, del paso a la adultez. La muerte de un ídolo, de alguien querido, admirado, nos golpea de una manera distinta, extraña.

El 30 de diciembre se cumplió un año de la muerte de mi vieja; 6 días después de ese aniversario se muere su mayor ídolo, su amor imposible, su querido Sandro.

Nunca, que yo sepa, lo vio cantar en vivo. Yo no pude llevarla. Lo único que le conseguí es esa foto autografiada que en 1998 un amigo de un amigo de un conocido me había regalado para ella. La que está en la biblioteca enfrente de la de ella. Lo más loco es que siempre desconfió de su autenticidad.

Ahora me entristezco por ella, me caen las lágrimas que hubiera derramado ella, me imagino sus comentarios.

Por eso, Gitano, mandale saludos, pegale un abrazo, cantale Penumbras. Decile que la extraño.

3 comentarios:

No se eliminarán los anónimos. Pero no cuesta nada ponerse un nombre, che.