Indignación. Alguien, un negro de Fiorito, se anima a decirle al cuarto poder “chúpenla”, “a mamarla”. ¡Esto es terrible!
¿Cuántas veces se la habrán hecho chupar al Diego? ¿Cuántas veces la hemos chupado nosotros? Y nadie nos preguntaba si nos gustaba, si queríamos. “Sigan chupando”, nos decían.
Y ahora, cuando ese negrito agrandado se las manda a guardar sin vaselina, sin eufemismos ni formas sinuosas, las damas patricias que nos la meten todos los días por las pantallas, las radios y los diarios, se escandalizan, saltan corporativamente, lo crucifican. “¿Cómo se atreve a hablarnos así?”, protestan.
Sí, Diego. Te la están cobrando, por jugarte en un tema que los tiene enfermos, porque a pesar de tus contradicciones, en lo principal nunca te contradijiste. Siempre estuviste en contra de los poderosos.
Entonces decimos con vos, Pelusa: a chuparla, a seguirla chupando, vos también la tenés adentro, Clarín.
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ResponderEliminarDios tiene todo el derecho y las atrivusiones para mandar a quien quiera a chuparla o a chuparsela. Que joder habráse visto compañero.
ResponderEliminarAtrivuciones con B animal!!!!
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