Vivimos esperándola.
Hemos leido sobre ella, nos ha golpeado, nos ha quitado seres queridos, nos ha tocado con su mano esquelética, hemos zafado, hemos querido alguna vez que nos lleve.
Pero nunca nos acostumbraremos a ella.
Ahora nos quiere quitar a una artista, a una tremenda, gigante artista, increíble cantora.
No habrá nada que hacer. Perderemos otra batalla contra ella.
Pero nunca nos acostumbraremos. Lloraremos, nos lamentaremos.
Y también agradeceremos por haber compartido el tiempo con un angel que nos acarició con su arte.
Aguantá, Negra. Pero si no podés, si no das más, si te vas, como le dije a mi vieja, andá tranquila. Valió la pena.
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No se eliminarán los anónimos. Pero no cuesta nada ponerse un nombre, che.